domingo, 10 de noviembre de 2013

uno de esos noviembres.

hoy es uno de esos días, o mejor dicho, de esas noches, en las que la luna sonríe y me transporta años atrás a la luna de tus ojos, presa entre 88 pestañas.
Ha de ser este noviembre, que celebra en uno de sus días ( el 11 o el 12 para ser exactos ) tus ya ni sé cuantos abriles.
Y he sido tan infame, que hasta la foto del muro de fb  me he robado. Y, aún con un par de canas y de arrugas más, me devuelves como siempre la sonrisa tierna, aunque sea por un instante, desde la pantalla. 
Y me da la impresión que hoy es uno de esos días, más bien que este será uno de esos noviembres en los que  pasan grandes cosas. Pero mientras espero, prefiero mil veces soñarte despierto, inventarte entre mis sábanas y revivir lo que recuerdo de tu aliento. 
quizás la culpa sea familiar de las ganas, quizás el no saber perder se agarra del orgullo, no sé, pero cada noviembre me pasa lo mismo. 
y como cada noviembre, aparece de nuevo por arte de magia tu foto, aquella que yo mismo te tomé y que luego rompí, y que en un momento de cobardía, o de clarividencia, nunca tiré. y aparece el mechón de tu pelo que me regalaste, tu fleco, envuelto en el mismo envoltorio plástico en que lo guardé. y así, pero envuelto solo en mis recuerdos, apareces tu, ahora, en noviembre.


Sin duda, parece que será uno de esos noviembres. 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Pausa






Porque para avanzar hay que mirar el objetivo, pero también revisar el camino recorrido. El que nos trajo hasta aquí,  hasta  este preciso y precioso momento.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Cuestión de fe.





Que si las leyes sobre el matrimonio gay, que si curas pedófilos y/o pederastas ( que no es lo mismo ni es igual )..en fin, que alrededor del mundo estamos viendo como cae todo un imperio de siglos basado en la fe.

En mi vida he conocido muchos curas. De hecho estudié en un colegio de curas católicos escolapios, y, aunque puedo decir que para la época, y viéndolo ahora con la cabeza fría, fui sin duda es más de una ocasión víctima de bullying por los mismos curas ( mi tributo a la moda de los 80s con mis camisetas oversized y mis numerosas pulseritas de goma no les hacían nada de gracia ), hasta cierto punto entendí, desde muy temprano que ser "diferente" tenía un precio, el cual se pagaba con humillaciones y relajos y constantes llamadas de atención para meter mi camiseta pintada, que llevaba siempre debajo del polo del uniforme, dentro del pantalón. Y aún así, nunca me sentí acosado.

 Aprendí desde pequeño que el respeto se gana, y no se gana siendo complaciente, no, se gana dándose a respetar y tratando, a la manera individual de cada quien, de ser mejor. Siempre supe que yo no tenía nada que probarme a mi mismo, nunca me molestó crecer siendo "diferente".  Más tarde aprendí que solo los cobardes son los bullies, que muchas veces no tienen ni un gramo de personalidad y que necesitan humillar y menospreciar al otro para sentirse más fuertes, más varones, en fin..más "hombres".  Y también aprendí a sacarle partido a la situación, la cual, sin yo quererlo me había puesto en el spotlight. Y poco a poco pasé de ser el ridiculizado a ser la especie de "celebrity", y poco a poco aquellos que constantemente me humillaban, empezaron, en buen dominicano, a "buscarme el lado". Porque poco a poco, la ropa extraña, la música rara y el hecho de haber empezado fumar a tan temprana edad, pasaron a un segundo plano dejando ver mi inteligencia, mi pasión por las artes y la literatura, y , en general, mi buena onda. Y me convertí en el que más bailaba, en el disco jockey de todas las fiestas y en el epitome de " ser cool"..sin querer serlo, mientras los curas cruzaban sus brazos dentro de las mangas almidonadas de sus chacabanas. Y aprendí que ser hombre va más allá del género, y que antes de serlo, hay que aprender a ser persona.

Pero sobretodo, aprendí que la fe es algo necesario, humano, natural, que se debe de alimentar día a día y que debe de  dividirse en dos, como un buen sandwich. Si no creo en mi, no puedo creer en Dios..ni en más nadie.

Y fui ( y soy ) feliz. Y agradecido. 

Cuestión de fe, ciertamente. Fe en ti mismo. 

jueves, 22 de marzo de 2012

Poligamia, monogamia..quién "gamia"?

Ya conoces la historia.  " yo quiero estar contigo, pero necesito estar con más gente". y asumo que ya sabes de antemano cual será tu respuesta. ( mandar a freír tusas a la persona dueña de este carnaval de hormonas). y la sabes de antemano, porque siempre el "necesito estar con más gente " sólo se aplica de un lado. tu sabes, como una calle de una sola vía por donde transita un espíritu "agallú", que quiere todo, y, entre ese todo, estás tú.  hasta ahora, vamos bien.
el asunto se complica cuando te dicen que quieren salir contigo, pero también necesitan salir con más gente….y que tu puedes hacer lo mismo.  Cosa que, en un terreno hipotético y muy  moderno, no estaría nada mal.  El problema es que, viniendo de un largo trayecto de relaciones monógamas, de repente, te cuestionas. Sí, de veras te cuestionas y se pone en tela de juicio todo lo que creías creer, el chip de príncipe de disney que te pusieron cuando chiquito, y hasta aquello de que "cada oveja tiene su pareja" de repente suena a "cada oveja quiere todo un rebaño".  Complicado, eh?
Entonces te das cuenta de que lo que estás buscando no es eso.  Y no porque esté mal, no.. a quien le sirva, que San Pedro se lo bendiga.  Está mal porque no eres tu, no está en tu naturaleza ni en tu química. Simplemente, no está en tu ser.  Examinas un poco más y te pasa por un instante la idea de ser "el que te demuestre que ser monógamo y feliz se puede, y que una relación es cosa de dos…no de dos docenas".  Pero entonces te miras al espejo y no te ves ni por asomo la cara de Madre Teresa, y ya no tienes ganas de enarbolar ninguna bandera.  Y de repente no te funciona que "tu y yo" seamos "nosotros y ustedes" , y te dices a ti mismo: ESTO NO ES LO QUE ANDO BUSCANDO.

Y te pones la ropa, prendes un cigarrillo y pasas la página.  Quizá estés equivocado ( quien quita que no ), pero te sientes más fuerte por creer en tus convicciones.

Oveja y oveja.  No rebaño.

martes, 1 de noviembre de 2011

Definición : S O L O

No me define mi color de piel, mucho menos la ropa que uso, los zapatos que llevo o el perfume que, de vez en cuando, me permito usar. Tampoco pienso en mis amigos como símbolos de status, como “ gente cool “ que se junta conmigo porque soy igual de cool ( de hecho, puedo hacerte ahora mismo una lista como de 1500 cosas que no me gustan de mis amigos ). Esto mismo lo aplico a una pareja..estar acompañado por tal o cual tampoco me define..es más, estar mal acompañado me limita, me encierra, me encasilla y me pone de mal humor ( sí, de un humor aún más peor que el usual ). Me defino yo, en su justo momento, porque estarse autodefiniendo por ahí, con la cantaleta constante de “ yo y yo y yo” tampoco es un papel que me va. Me defino entre cervezas, música, arte, cosas que a mis ojos son interesantes y conversaciones que lleguen a algo.
Y, si, me defino, en este punto, en mi soledad. Una soledad buscada, divertida y gozada que comparto conmigo. Y lo más importante, que no me pesa. Porque es peor estar solo y en compañía, que aprender a acompañar y abrazar tu soledad. 
Entonces, la próxima vez que me pongas cara de pena, de verdadera y genuina preocupación, y me preguntes que por qué estoy solo..espero y recuerdes esto que acabas de leer. La vida es demasiado corta para andar dando explicaciones de más y la pena, aparte de innecesaria y pesada en este caso, nunca ha resuelto nada en este mundo.

lunes, 14 de marzo de 2011

A veces..

A veces me da tanto trabajo entender ciertas cosas..se me nubla el cerebro, y a los pensamientos y a la razón les da como una especie de catarata líquida, un moquillo hidráulico q  vuelve todo viscoso,  como una lluvia fría, ácida y fría,  o una neblina que no te deja ver aún con los ojos cerrados.

Me explico. Nunca entendí que no estaba solo hasta que estuve solo, rodeado de recuerdos y fantasmas, de grises y de sombras y de secretos, gritados a voz de tenor, que se metían entre los resortes de la cama y la hacían sonar como un coro metálico y abrasivo cuando nos perdíamos en el colchón.  

Tampoco entendía porqué todo el amor que tenía para ofrecer nunca encontraba sitio, y andaba siempre merodeando entre aquellos sueños de noches bohemias y de luna llena, de adoquines, paredes garabateadas, besos fugaces  y de orinar en la acera. 

En fin, aún me da trabajo entender ciertas cosas, descifrar tantas otras, quitarme los prejuicios de la cabeza y dejar, aunque sea un ratico, la maldita razón y la enumeración de lado, la lógica, el sentimiento, lo que sale del cerebro con sabor de corazón.  

Y es que a veces  pienso que la vida es eso…un tratar de entender inacabable, una sucesión de problemas y supuestas soluciones, la raíz cuadrada de miles de momentos tiernos elevados a la potencia  de palabras y besos que Pitágoras bautiza como catetos, y que son hermanitos de una hipotenusa.

Que cada acción/ reacción lleva también  su dosis de emoción dentro, y que los sentimientos a veces son tan fuertes que dejas de sentir, y simplemente se vuelven o parte de tu sangre o algo tan pasajero como el vuelo de una mosca.

Que a veces esos mismos sentimientos te hacen tan fuerte que eres capaz de soportar lo insoportable, desarrollar una paciencia ilimitada y hasta sonreír en los momentos más duros, o te hacen llorar como un niño oyendo una canción o viendo una película.

En fin, y por segunda vez, que toda esta perorata de entender o no entender, de saber o no saber, de hacerse el rubio o poner las neuronas a funcionar, me ha llevado a la conclusión de que hay cosas que es mejor ni entender, que la lógica no se lleva con los asuntos viscerales y que la ceguera, aún parcial, del alma ante algunos sentimientos, es a veces la mejor armadura que podemos usar para no sufrir.  Que está bien que no me quieras, que está bien que no te quiera y que el pasado y el presente aunque estén en a misma hoja, siempre estarán en diferentes páginas, en caras opuestas, que uno da paso al otro, y que la señal de PARE la pone cada uno donde quiera.

En fin, y ya la tercera es la vencida, que vivir para entender y entender para vivir a veces  hay que hacerlo al mismo tiempo, aunque al final ( y éste SI ya es el final ) sigas sin entender nada…y ni siquiera te importe.

jueves, 4 de noviembre de 2010

UNA LIBRA MENOS, EL GATO CON BOTAS Y SEX AND THE CITY.


.Es increíble ver cómo, cuando condicionas tu mente , tu cerebro y tus neuronas, puedes hacer hasta lo que creías imposible.
Y es que , para mí, levantarme a las 530 a.m., a hacer lo que fuera, era un infortunio.  Mucho menos pensar que lo haría para ir a un gym, y mucho menos a entrenar con un trainer.

Quien me conoce sabe que de little miss sunshine no tengo ni la L, que detesto levantarme y que, en la mañana, lo que mas odio es que me hablen…simple.   Mi despertar de autómata, es el momento más egoísta del día para mi ( estoy redescubriendo el mundo, no me jodan ).

Ahora, lo que me sorprende, es que este mismo cuerpo latino que aquí escribe,  esta  pesadilla matutina, esta modorra con dos patas, el GRINCH de las mañanas, se levante a las 530 a.m, y vaya a ejercitarse. Jajaja, y que cada día lo haga con más entusiasmo.

El asunto es que, como parte de este mega-mega-challenge,
 que por momentos pienso que consiste en ver quién deja más sudor en el piso del gym, llega un día en que tienes que pesarte.  Sí, tú sabes, eso mismo, sacarte los zapatos, subirte en una balanza de ésas que, por lo menos yo nunca he entendido, y esperar que te  digan ( hopefully) que has rebajado par de libras.

Pero déjame hacer una pequeña pausa , antes de seguir, para explicarte algo…yo nunca he estado acostumbrado a pesarme.  Sé que en mi casa hay un peso, de madera, que más que usarse, sirve como decoración de uno de los baños, y una que otra vez, para pesar equipaje.  Mi peso ( hasta que dejé de fumar y me enamoré como una colilla de la cerveza ) nunca había sido un problema..hasta que, bueno, los pantalones no empezaron a servirme, las camisas no me cerraban, y , bueno, parecía que tenía a un alien de ésos de la película en la panza.  En fin, para ponerlo gráfico y en abecedario ( para los que les gusten las letras ) , pasé de ser una I, a ser una especie de S, pero flipeada horizontalmente ( ¡2 minutos para hacerlo en Photoshop, vamos!…ya?).


Por eso, luego de 2 semanas de matarme haciendo ejercicio, comer peor que una vaca, sudar en cantidades industriales y descubrir músculos, ligaduras, y nervios que en mi vida pensé que tenía, llegó el día de pesarme.

Luego de matarme por 1 hora y 45 minutos con mi trainer, y ya bañadito y cambiadito, acudí a mi cita con la nutricionista, la cual, al veme cambiadito, pero en chancletas, me puso muy mala cara y me preguntó, con una voz de pelea..” ¿Tu entrenaste hoy?”, a lo que yo, con la frente en alto y muy orgulloso le respondí afirmativamente. ( ten en cuenta que, hasta ese momento,  yo pensaba que su mala cara se debía a mis chancletas, que en realidad no iban para nada con el resto de mi ajuar..lo que pasa es que siempre dejo los zapatos en el carro, porque, por algún deseo exhibicionista, me encanta ponerme las medias y los zapatos en el parqueo, sentado en la compuerta trasera de mi carro).  El asunto es que, en ese momento me enteré que nunca debes pesarte luego de hacer ejercicio, porque, como  procedió a explicarme la Doctora ( ya con mejor cara ) pesas más.  Sí, la masa muscular, aún despierta cuando acabas de entrenar, sube el peso de la escala.  Aún así..ella insistió en pesarme.  El resultado :  Una, ( sí, UNA ) libra menos.

O sea..vamos a sopesar el dramatismo de este momento..UNA libra menos.  Luego de explicarme el complicado y simple funcionamiento del cuerpo humano ( que se pone ñoño cuando de peso, libras y balanzas se trata ), de dibujarme diagramas, ( hasta creo que una matica dibujó …) y de explicarme el porqué de mi peso, la Doctora solo procedió ( asumo que al ver mi cara consternada por la tragedia, y mis ojos que le decían que por más que hablara, yo solo oía “UNA LIBRA…UNA LIBRA..UNA LIBRA…” en mis adentros ), a recetarme unas vitaminas y entregarme un papel con una dieta nueva ( esta vez, con las comidas repartidas en porciones ) y a darme ánimo para seguir adelante.

Obvio que salí de allí literalmente disparado, tratando de evitar a todo el que me fuera a preguntar cómo me fue y, lo peor, cuánto había rebajado!!

Una vez llegado al trabajo, en donde nadie sabía de mi desgracia, recibo un mail, explicándome en detalle, ahora en cristiano, las intríngulis del bajar de peso, de desarrollar músculos y del universo del fitness y el ejercicio. Palabras que tuvieron un efecto casi instantáneo de bálsamo, porque , lejos de sentirme peor, hicieron que analizara el siguiente punto ( sacado directo del Manual del medio vaso )..” Por lo menos, no estoy más gordo..”.  Y tras estas palabras, empezó a sonar la musiquita de cualquiera de los muñequitos de princesas de Disney, y el día, o lo que quedaba de él, fue mucho mejor.

Pero aún faltaba algo. (Y he aquí el motivo del título de este post, y de mi pasajera, breve pero profunda simpatía con las mujeres de Sex and the City..).  Aún estando feliz, energético, me sentía en deuda conmigo mismo..tu sabes, como si me hubiese autoboicoteado, como si, de repente, en mi interior ESA UNICA LIBRA fuera solo eso…lo único que me separaba de mi felicidad completa y absoluta, el único obstáculo que no había podido sobrepasar en este Mega Challenge de reinventarme de nuevo.  Y entonces pasó.  Y , citando a Sabina, “el destino me hizo un guiño”, pero esta vez en forma de unas botas militares de Zara, las cuáles, aparte de ser terriblemente cool, no solo eran de mi número..sino que eran las últimas que quedaban.  Como un autómata las tomé, me dirigí a la caja y el dije al cajero, pasándole rápidamente la tarjeta: “ Corre, antes de que me arrepienta!”.

En resumen y ya para terminar, que nos hemos extendido mucho,  que terminé el día con una libra menos, que mi tarjeta adelgazó también, pero al final de la jornada solo podía pensar en lo cool de mis nuevas botas y en lo alegre que estaba, de que tras un día lleno de explicaciones y datos de cómo engorda o baja de peso el cuerpo humano, por lo menos MIS pies no habían cambiado de talla.
Entonces, sintiéndome como todo un gato con botas, empecé a susurrar ( muy para mis adentros, que cantar no se me da ) aquello de I FEEL PRETTY, OH SO PRETTY…mientras la lluvia teñía la calle como un dálmata inverso y me daba pecas invisibles en la cara.